domingo, 26 de enero de 2014

RETOMANDO NUESTRO CAMINO.


 
RETOMANDO NUESTRO CAMINO.

Equidistantes las rosas nos señalan nuestro nicho,
sin objeción florecidas, perpetuas a la esperanza;
en su especial sembradío juramos que nunca alcanza...
a terminar nuestro sueño, siendo amor y no capricho.

Ya hemos hecho demasiado por el yugo prometido;
mis pies recorrieron años de ausencias y de enseñanzas,
y hoy por último destino no desean más labranzas
que el umbral de tu regazo y tus brazos extendidos.

Tus labios como página del nuevo libro que escribo,
tus ojos el mar profundo de mi letra siempre clara...
tu vientre la antología de mi esfero que no para
y éste tiempo mi pasado que por los dos lo concibo.

Dame tú la voz amada para guiarme en el camino,
y en el rosal de la vida visualiza mi llegada,
no le quites las espinas que vas a acabar cansada,
además penas y glorias, forjan mejor el destino.

Por favor, ten tu alegría preparada con su brillo
mientras pintas de tu gracia las paredes de la casa;
yo muy pronto llegaré con mi calor y su brasa
a abrazarte y a cantarte del amor un estribillo.

Juan Guillermo Mora P.

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