INQUIETUDES.
El amor deja inquietudes
en cada senda perdida;
vital como la comida,...
libertad y esclavitudes...
desata en las multitudes,
compasión y valentía,
en algunos cobardía
y en otros cruel pesadumbre;
a veces se hace costumbre
pero existe día a día.
Ni los sabios han marcado
alguna total certeza,
concerniente a la proeza
del valor de su legado,
ya que a veces queda anclado
aunque sufra el poseído,
otras tantas vive herido,
pero insiste en su conquista
y en otros pasa revista,
asegurando su nido.
Es dolor de algunos seres
y en otros se hace bandera,
suele ser la lenta espera
cuando no ves a quien quieres;
a veces brinda placeres
y a veces se marcha lejos,
sin embargo los consejos
de su canto de belleza
con tanta delicadeza
nos brinda nuevos reflejos.
Ay amor quién comprendiera
tu variable oportunismo,
quién pudiera ser el mismo
después que tu flecha hiera;
quién por siempre sostuviera
la magnitud de tu encanto,
y quien hiciera del llanto
tu manantial de nobleza,
y en toda naturaleza
poder bendecir tu manto.
Juan Guillermo Mora Peña
El amor deja inquietudes
en cada senda perdida;
vital como la comida,...
libertad y esclavitudes...
desata en las multitudes,
compasión y valentía,
en algunos cobardía
y en otros cruel pesadumbre;
a veces se hace costumbre
pero existe día a día.
Ni los sabios han marcado
alguna total certeza,
concerniente a la proeza
del valor de su legado,
ya que a veces queda anclado
aunque sufra el poseído,
otras tantas vive herido,
pero insiste en su conquista
y en otros pasa revista,
asegurando su nido.
Es dolor de algunos seres
y en otros se hace bandera,
suele ser la lenta espera
cuando no ves a quien quieres;
a veces brinda placeres
y a veces se marcha lejos,
sin embargo los consejos
de su canto de belleza
con tanta delicadeza
nos brinda nuevos reflejos.
Ay amor quién comprendiera
tu variable oportunismo,
quién pudiera ser el mismo
después que tu flecha hiera;
quién por siempre sostuviera
la magnitud de tu encanto,
y quien hiciera del llanto
tu manantial de nobleza,
y en toda naturaleza
poder bendecir tu manto.
Juan Guillermo Mora Peña
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