lunes, 14 de julio de 2014


REFORMACIÓN.

Equilibrando para reformarme:
pongo tu voz en mi melancolía,
tus ojos bellos cual luz de mi día...
tus suaves manos para acariciarme.

En toda guerra te haré mi desarme
y en esos labios haré poesía
con besos nuevos color fantasía,
que sigan vivos después de matarme.

Serás amor en la cima del mundo,
desde mi ser al valor de la vida
y haré que crezcas a cada segundo.

Dejo a tus pasos mi huella perdida,
para qué encuentren el sueño profundo
de mi confianza por ti decidida.

Juan Guillermo Mora Peña.

sábado, 5 de julio de 2014

CRISTINA



CRISTINA. (Renovado)

En una tarima de barra nocturna,
Cristina menea su cuerpo sediento
tal vez de locura, tal vez del intento
de echar al olvido su fe taciturna.

Se mueve sensual y produce tortura
a los muchos sueñan llevársela lejos,
algunos que ataron su vida a complejos
de ser inferiores sin una aventura.

Mas ninguno sabe que en su alma acuna,
tristezas y golpes de seres perversos
por falsa belleza, glorias y universos
dados en los vicios que atren la luna.

No ven que mostrarse, es la dictadura
que le queda a aquellos que acaban sin sueños,
que cierran los ojos por verse pequeños
hasta que al fin pueden tener alma dura.

Los que están vacíos ven su sabrosura
y creen que alegres se iría con ellos,
tal vez hasta ofrecen riqueza y destellos
por poder besarla y atar su cintura.

Pero no es Cristina la mujer que apura
a hacerse volcán en el frío de un lecho,
y al salir conmigo les muestra el derecho
que tiene de amar sin vender su figura.

Juan Guillermo Mora Peña.