SIRENA Y FLOR
De pronto, sin más, ni más el amor rompe las olas:
el poder del mar se inclina y aparece fulgurosa
la belleza colosal de una flor sobre las rocas
de una playa sin igual que envidiarán otras costas.
Marinero loco soy que a veces busco la suerte,
en el mismo corazón del océano inclemente...
si la sueño como soy podría encontrar la muerte
por arrojarme a sus pies como moneda en la fuente.
Una red con frenesí para poder atraparla
tejí con motivación en mis poemas por ella;
y, aunque sé que he de perderme si la enamoro en la tierra,
dice a veces que es posible el vino de mi botella.
Nadie la ve como yo, algo que me hace consciente
de que el brillo del amor es una dura pendiente,
sin embargo da el tesón para aferrársele fuerte,
aunque a veces duerme al sol y su sueño se revierte.
Nadie se atreve a sentir que es del mar una azucena,
que se roba el corazón y en tierra no deja huella...
que a mí me atrapo su en su luz y se convirtió en sirena
y al fondo de la locura me ahogaría por ella.
Juan Guillermo Mora Peña.
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