UN QUIJOTE

De quien siempre hay mucho que aprender y en su constancia se toma el ejemplo que el arte merece...





Me aventé con ánimo calmo
a la puerta, cigarrillo en mano,
encendí sin dudar el último tabaco,
se apago mi sentir de estado de pánico


Y la sombra que los gigantes proyectaban,
edificios, que del sol la luz me negaban
estocaron con el frío de la ciudad en un instante
a este Quijote en su corcel de materia rebosante.

Y pude dar un paso al costado del molino titánico
donde la luz, como Dulcinea, podría de lo gélido, abrigo otorgarme
pero no lo hice, sería derrumbar el amor platónico
que a ella le debo, Dulcinea, ¿Dulcinea o ángel negro que ha de amarme?

Y comienzan los vértices de la locura a divagar
entre ellos diálogos mentales no se hacen esperar,
se separan mis líneas de la lógica linear
y mis poemas pierden sentido al andar.

Alguien me dijo que invento sentimientos
¡Temo de sentimientos ser inventor!
Como Tesla que inventaba inventos
que de la humanidad pudo ser redentor.

Y me enfrento nuevamente a los gigantes
que no son molinos a los vientos
sino mis estrechos pensamientos
que no encuentran en la pluma escudero.

Y me imagino a un Sancho Panza
que con su lanza de confianza
en amistad por amistad traducida
sin importar las cabildadas,
hizo de "un valiente, pero desgraciado"
un amigo hasta la muerte inseparable aliado.

Y me olvido de las rimas
y me voy por sus linderos,
ejecuto en casi marcial, déspota, divagante arte
la confección de éste, intento en palabras sastre.


Porque en el eco de la profundización mas abismal
es cuando a la poesía a lo sublime podemos elevar,
porque son extrañas las analogías y los paradigmas
que hacen de esta ciencia ancestral, pura alquimia.

EMPTINESS.